Existen múltiples factores que promueven la infertilidad. El estrés es uno de los más destacados, no solo por su posible influencia negativa en la capacidad reproductiva, sino porque el diagnóstico y el tratamiento de la infertilidad son en sí mismos, una fuente de estrés.
Otro factor determinante es la edad. Un dato importante muestra que la esterilidad es 6 veces más alta en mujeres que tienen 30 años que en las que tienen 20, y esta proporción se duplica a los 40 años. Actualmente, los casos de infertilidad se están incrementando en base a que muchas mujeres están retrasando la decisión de tener hijos. De hecho, la edad media de las pacientes que se someten a una reproducción asistida es de 39 años.
Sin embargo, la infertilidad debida a la edad no significa que sea imposible concebir. No obstante, las posibilidades de que un embarazo se presente en parejas saludables en las que los dos son menores de 30 años y tienen relaciones con regularidad, es de un 25 a un 30% mensual; si se sobrepasan los 35 años y, particularmente, después de los 40, la probabilidad de concebir disminuye a menos del 10% por mes.
Las posibles causas de esterilidad femenina son las siguientes:
- Trastornos en la ovulación por diversas causas, entre las cuales se encuentra el Síndrome de Ovario Poliquístico, que es la causa más común de alteración de la ovulación y una causa muy frecuente de infertilidad.
- Bloqueo de las trompas de Falopio
- Endometriosis
- Otras causas: problemas uterinos, enfermedades crónicas, problemas endocrinológicos, tabaco, alcohol…
Por otra parte, las principales causas de infertilidad masculina son los trastornos de los espermatozoides y las anomalías del aparato genital.
No obstante, existe un 10-15% de parejas en las que no se encuentra una causa justificada de infertilidad, aún después de haberse completado un estudio riguroso. Son los denominados como esterilidad de origen desconocido o esterilidad idiopática.