El tratamiento de la osteoporosis se basa en la prevención con el objetivo de reducir el número de fracturas por fragilidad. Existen dos tipos de medidas preventivas: las medidas higiénico-dietéticas (no farmacológicas) y el tratamiento farmacológico.
Las medidas higiénico-dietéticas consisten en modificar alguno(s) de los factores de riesgo y fomentar un estilo de vida saludable. Las medidas generales que se recomiendan son seguir una dieta equilibrada rica en calcio y vitamina D, abandonar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, realizar ejercicio diariamente y evitar las caídas en lo posible.
Por otra parte, el tratamiento farmacológico pretende estimular la formación ósea o frenar su pérdida. En líneas generales, existen dos tipos de tratamientos, los osteoformadores, que estimulan la formación de nuevo hueso y los antirresortivos que evitan la pérdida de la masa ósea.
En todo caso, el especialista elegirá la mejor opción para el/la paciente, teniendo en cuenta la condición de cada paciente.